Los hallazgos en Göbekli Tepe cuestionan la línea temporal de la civilización humana y plantean la posibilidad de una civilización avanzada antes de la glaciación, mucho antes de lo registrado en nuestros libros de historia.
El año 1963 marcó el inicio de un vasto estudio en la región sureste de Turquía, en un sitio conocido como Göbekli Tepe, también conocido como la Colina del Vientre. En la cima de esta colina, los investigadores se toparon con una sorpresa: losas de piedra caliza rota y esparcidas en todas direcciones.
Curiosamente, en ese momento, se consideró que el sitio era poco más que un cementerio medieval, y los investigadores anotaron sus hallazgos sin profundizar. Sin embargo, no fue hasta 1994 que el arqueólogo alemán Klaus Schmidt realizó una revisión exhaustiva del lugar durante sus propias investigaciones en la región. A diferencia de sus predecesores, Schmidt no se limitó a tomar notas; en cambio, vio algo especial en Göbekli Tepe. En lugar de ser un simple cementerio medieval, Schmidt percibió de inmediato que se trataba de un gigantesco sitio de la Edad de Piedra.
A medida que avanzaba la investigación, quedó claro que Schmidt tenía razón y que el sitio era aún más extraordinario de lo que había imaginado. Bajo la superficie de la colina, se encontraron megalitos de hasta 5 metros y medio de alto y con un peso de hasta 50 toneladas. Estos monumentos estaban dispuestos en patrones circulares y adornados con elaboradas tallas de figuras humanas, animales y símbolos abstractos.
Lo más sorprendente era la datación por radiocarbono, que situaba a Göbekli Tepe entre el 9,600 y el 8,200 a.C., lo que lo hace al menos 5,000 años más antiguo que Stonehenge. Este descubrimiento planteaba la incógnita de quiénes habían construido esta maravilla y cómo habían logrado mover bloques de piedra de 50 toneladas y tallar detalles tan intrincados en ellos en una era anterior a la invención de la escritura.
A medida que continuó la investigación en el sitio, en 2014, los arqueólogos descubrieron evidencia de un asentamiento cerca de Göbekli Tepe. Esto insinuaba que sus constructores no eran meros cazadores-recolectores nómadas, como se suponía, sino una civilización establecida que precedía a todas las conocidas en los registros históricos.
Esto planteó la pregunta de quiénes eran estos antiguos constructores y por qué no aparecían en nuestros libros de historia. La investigación continúa, pero el sitio, que apenas se ha excavado en un 5%, promete revelar más secretos en los años venideros, lo que podría cambiar nuestra comprensión del desarrollo humano.
Algunos sugieren que Göbekli Tepe podría haber sido un sitio religioso para una de las religiones más antiguas del mundo, mientras que otros especulan que podría haber funcionado como el primer observatorio astronómico del mundo, alineado con la estrella Sirio. En cualquier caso, las implicaciones serían trascendentales.
Sin embargo, en 2017, dos científicos plantearon una teoría aún más audaz. Martin Sweatman y Dimitrios Cicritzis, ingenieros químicos, examinaron la famosa piedra del buitre de Göbekli Tepe, un pilar tallado con representaciones de animales y símbolos. Argumentaron que las figuras en la piedra representaban constelaciones antiguas, dispuestas en un círculo central que simbolizaba el sol. Según su teoría, la piedra del buitre proporcionaba una fecha codificada de un evento histórico.
Sweatman y Cicritzis afirmaron que las líneas cuadradas y descendentes cerca de la parte superior del pilar representaban fragmentos de un cometa cayendo a la Tierra. El hombre sin cabeza en la esquina inferior derecha simbolizaba el desastre y la pérdida de vidas causados por estos fragmentos. Argumentaron que la piedra del buitre era un memorial de un evento devastador, posiblemente el evento Joven Dryas*, que ocurrió alrededor del 10,950 a.C.
Este evento de 1,300 años causó un periodo de enfriamiento global y destrucción a nivel mundial, incluyendo super tsunamis, inundaciones masivas y extinciones de animales. Aunque existen diversas teorías sobre su causa, Sweatman y Cicritzis sostienen que fue un impacto de cometa. La datación astronómica en la piedra del buitre coincidió con el evento Joven Dryas*, lo que sugiere que la civilización que construyó Göbekli Tepe tenía conocimiento de este cataclismo.
La conexión con el zoroastrismo, una de las religiones más antiguas conocidas, aporta un elemento intrigante. El zoroastrismo, que influyó en muchas religiones posteriores, incluido el judaísmo, el cristianismo y el islam, presenta una historia similar de supervivencia ante una catástrofe global, con la construcción de una ciudad subterránea para sobrevivir al frío extremo. Esto podría indicar una antigua relación entre las dos regiones.
En resumen, los hallazgos en Göbekli Tepe cuestionan la línea temporal de la civilización humana y plantean la posibilidad de una civilización avanzada antes del evento Joven Dryas*, mucho antes de lo que se registra en nuestros libros de historia. Esto podría transformar nuestra comprensión de nuestra historia y origen como especie. Los misterios ocultos en Turquía podrían contener respuestas que alteren nuestra percepción del pasado y la evolución de la humanidad.
*El Joven Dryas o Dryas Reciente (c. 12.900 a 11.700 años AP) fue un retorno a las condiciones glaciales que revirtieron temporalmente el calentamiento climático gradual después del Último Máximo Glacial (LGM, c. 27.000 a 20.000 años AP). El Joven Dryas fue la última etapa de la época del Pleistoceno (c. 2.580.000 a 11.700 años AP) y precedió a la actual época más cálida del Holoceno. El Joven Dryas fue la más severa y duradera de varias interrupciones en el calentamiento del clima de la Tierra, y fue precedida por el Interstadial Glacial Tardío (c. 14.670 a 12.900).