El 9 de septiembre de 2021, el Museo de Sanxingdui en Sichuan, China, celebró una intrigante rueda de prensa arqueológica, marcando un hito en la historia del descubrimiento de las fosas 3 y 4 de las enigmáticas ruinas de Sanxingdui.
Más de 500 artefactos antiguos, considerados auténticos tesoros nacionales, fueron anunciados con gran solemnidad.
Entre los hallazgos más destacados se encuentra una imponente máscara de bronce de proporciones colosales, la última joya desenterrada de Sanxingdui. El arduo proceso de exhumación de esta máscara ha sido un verdadero desafío, superando incluso a las grandes dinastías Shang y Zhou en su dificultad. En la actualidad, solo se ha revelado la mitad de su rostro, mientras que la otra aguarda pacientemente su limpieza y presentación al mundo.
El espacio que albergaba la máscara resultó ser inmenso, y las condiciones de enterramiento se mostraron excepcionalmente complejas. La primera visión de la máscara se limitó a su parte posterior, seguida por la gradual revelación de sus orejas y, finalmente, su rostro completo. La existencia de esta máscara fue descubierta a finales de enero, previo a la festividad de primavera, aunque no se pudo extraer hasta finales de junio. Este retraso se debió a la necesidad de clasificar cuidadosamente otros tesoros descubiertos junto a ella, como marfiles y objetos de bronce. Cabe destacar que, durante el proceso de desentierro, se encontraron numerosas conchas marinas en la cavidad nasal de la máscara, añadiendo un misterio adicional a este fascinante descubrimiento.
Sanxingdui se encuentra en la provincia de Sichuan, una región del suroeste de China sin acceso directo al mar, que abarca gran parte de la cuenca de Sichuan y la parte oriental de la meseta tibetana. El hallazgo inicial de más de 300 objetos de jade en 1929, cuando un joven erudito y su hijo excavaron accidentalmente mientras cavaban una zanja junto a su casa, marcó el inicio de una historia arqueológica extraordinaria. Un misionero británico adquirió algunas de estas piezas de jade y las consideró valiosas reliquias históricas. En 1934, este misionero y el director del Museo de la Universidad de China Occidental organizaron una expedición que llevó al descubrimiento de más de 600 artefactos. Sin embargo, fue en 1986 que Sanxingdui cobró notoriedad con el hallazgo de tesoros como la estatua de bronce, el bol sagrado de bronce y el bastón de oro en las fosas 1 y 2, acumulando un total de 6.025 artefactos.
En septiembre de 2020, se inició una nueva fase de excavaciones que condujo al descubrimiento de seis nuevas fosas en medio año. Estos hallazgos captaron la atención del gobierno y, a finales de marzo de 2021, los medios chinos llevaron a cabo una transmisión en vivo de cuatro días de las excavaciones en Sanxingdui.
Hasta finales de 2021, el Museo de Sanxingdui compartió sus hallazgos de las fosas 3 y 4, revelando 557 piezas intactas y 1214 piezas recuperadas. La variedad de materiales incluye oro, cobre, jade, cerámica, marfil, hueso, piedra, concha e incluso objetos de seda. Las máscaras de oro, las estatuas de bronce y las máscaras de bronce de gran tamaño sobresalen entre estos tesoros.
Sin embargo, cuanto más profundizan los arqueólogos, más misterioso se torna el pasado de Sanxingdui. Aunque al principio se pensaba que los artefactos tenían un propósito ritual, las teorías actuales ofrecen explicaciones mucho más complejas. Se ha planteado la posibilidad de cambiar la denominación de "Fosa Ritual" a "Fosa Funeraria" y, en algunos casos, incluso se ha especulado que Sanxingdui podría haber sido una ciudad antigua.
Los datos de datación por radiocarbono han confirmado que los artefactos de Sanxingdui datan de hace 3.500 a 3.000 años, demostrando un alto nivel de habilidad artesanal. Algunos objetos, incluso en la era moderna, serían difíciles de replicar con la tecnología actual. Hace 3.000 años, China estaba en la era de las dinastías Shang, pero los objetos desenterrados en Sanxingdui no encajan con la cultura Shang ni tienen precedentes en la historia de la humanidad.
Por ejemplo, las figuras de bronce muestran características faciales exageradas, con ojos cilíndricos que sobresalen, orejas prominentes y una sonrisa misteriosa e inquietante. Otras figuras de bronce, como la estatua de bronce puro de 2.50 metros de altura vestida a la moda, son igualmente asombrosas, constituyendo la estatua de bronce más antigua y alta jamás encontrada en la historia.
El árbol sagrado de bronce, con sus 4 metros de altura, se relaciona directamente con las figuras y máscaras de bronce en términos de escala y estilo facial. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿a qué se asemejan estas extrañas figuras? ¿Existieron seres humanos con tales rasgos faciales hace miles de años? Los objetos de oro también desconciertan a los expertos, ya que en ese momento no existía tecnología de extracción ni fundición de oro. El oro tiene un punto de fusión significativamente más alto que el bronce, lo que plantea interrogantes sobre cómo se obtuvo y transformó en estas obras maestras.
Además de los objetos de bronce, se han encontrado cantidades considerables de marfil y conchas cuidadosamente seleccionadas, que plantean preguntas sobre su origen en una región alejada del mar. Los análisis indican que estas conchas provienen del océano Índico, lo que añade un enigma adicional a la excavación de Sanxingdui.
Algunos artefactos de Sanxingdui muestran similitudes con la cultura tradicional china, como los símbolos de las colas del Fénix y patrones que se encuentran en objetos ceremoniales chinos antiguos. No obstante, el origen de la cultura de Sanxingdui ha dado lugar a numerosas teorías y especulaciones. Se ha sugerido que podría tener conexiones con civilizaciones antiguas como la china, egipcia o sumeria.
Además de la incertidumbre sobre su origen, se plantea la cuestión de su desaparición. Las ruinas de Sanxingdui están ubicadas en la misteriosa latitud de 30 grados norte, una región asociada con eventos inexplicables y fenómenos paranormales. Aunque se han propuesto diversas teorías sobre su repentina desaparición, como inundaciones, guerras o migraciones, ninguna cuenta con pruebas sólidas.
En resumen, el descubrimiento de las ruinas de Sanxingdui plantea preguntas fundamentales sobre la historia de la humanidad, el origen de esta enigmática civilización y las razones detrás de su misteriosa desaparición. En un momento en el que fenómenos celestes extraños, inundaciones y otras catástrofes ocurren con frecuencia en China, la gente se ve impulsada a reflexionar sobre la vida y el universo, cuestionando los límites del conocimiento humano y la posibilidad de enigmas aún más profundos por descubrir.