El no tener dónde colocar los ahorros y el no poder obtener una tarjeta bancaria, crédito o hacer uso de servicios básicos como el seguro de vida, es una desventaja terriblemente paralizante.
Hoy en día, casi 2.000 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a los servicios financieros. Eso es aproximadamente una cuarta parte de la población mundial.
Estas personas son efectivamente incapaces de participar en sus economías locales - al menos, de manera significativa.
Obtener acceso a los servicios financieros permitirá a las personas financieramente excluidas mejorar sus vidas, aumentar sus ingresos, elevar los ingresos de sus hogares e incluso guardar algunos ahorros para tiempos difíciles como los que estamos viviendo actualmente. Los empresarios pueden acceder al crédito para iniciar un negocio y las familias pueden adquirir tierras y ganado y asegurarse de que los techos sobre sus cabezas son seguros. La calidad de vida puede mejorarse para todos.
Más aún, los padres empobrecidos pueden empezar a enviar a sus hijos a la escuela, ofrecerles mejores condiciones de vida y acceder a los servicios de salud. La inclusión financiera puede incluso llevar a la creación de puestos de trabajo a medida que las pequeñas empresas se expanden y necesitan contratar personal adicional. Estamos hablando de un sector masivo de la población mundial que podría impulsar sustancialmente la economía a través de la inclusión financiera.