La llegada de ChatGPT, el modelo de procesamiento de lenguaje natural, es solo uno de los muchos desarrollos que marcan la nueva ola de automatización en la industria. La tecnología impacta en la economía más rápido que lo hacen las organizaciones y las habilidades de los trabajadores.
Este cambio no es algo nuevo; ha sucedido en el pasado con otros avances tecnológicos como el teléfono móvil, la computadora personal, la línea de ensamblaje o el automóvil. Pero es importante reconocer que la automatización tiene un impacto significativo en la economía y en la vida de las personas.
La nueva ola de automatización no se limita a los chatbots y al procesamiento de lenguaje natural, sino que incluye desarrollos como robots multitasking que han reemplazado a obreros en las fábricas de autos. Además, las supercomputadoras de cálculo también están realizando trabajos de investigación científica, que descubren nuevos conocimientos científicos sin la intervención humana.
A medida que la IA se hace más potente y los robots más hábiles, las tareas cognitivas y manuales no repetitivas se hacen cada vez más automatizables. Esto ha llevado a la automatización de tareas que antes eran realizadas por humanos, como la investigación de casos que realizan los asistentes jurídicos, el uso del reconocimiento facial en la seguridad y el desarrollo de vehículos autónomos, que impacta en los empleos de los conductores de transporte.
La creencia de que los puestos de trabajo que se pierdan en un determinado ámbito económico se crearán en otro puede ser una falacia. La nueva ola de automatización puede crear enormes olas de desempleo en el sector servicios. Sin embargo, el cambio tecnológico también puede aumentar la demanda de mano de obra al crear nuevos puestos de trabajo directamente relacionados con la nueva tecnología. Además, la tecnología puede aumentar fuertemente la demanda, lo que impulsa la creación de nuevos empleos para suplirla.
La mayoría de los resultados empíricos indican que la tecnología desplaza empleos más que destruirlos irreversiblemente. La nueva ola de automatización está afectando al sector servicios, que durante los últimos 150 años ha absorbido los empleos que desplazó la Revolución Industrial. Es imposible saber qué nos depara el futuro en cuanto al desarrollo tecnológico, pero es posible prepararse para los próximos impactos de la automatización.
La tecnología impacta en la economía más rápido que lo hacen las organizaciones y las habilidades de los trabajadores. La automatización está erosionando la demanda del trabajo de baja y moderada habilidad mientras aumenta la demanda de cualificaciones altas. Además, los sistemas legales y fiscales desfasados no pueden regular y controlar ágilmente las innovaciones tecnológicas. Las grandes masas de desempleados sin posibilidad de reeducarse para los nuevos empleos que posiblemente aún estén creándose también son un problema. La brecha digital también aumenta, especialmente en las economías menos desarrolladas.